Una fuente con una estatua dedicada a los Cabreros de las Arribes, como "El Dientes" ese cabrero recordado en el pueblo, que en el último cuarto del siglo XIX se dedicaba a observar las aves, sus nidos y hacía equilibrios en lo más recóndito de Las Arribes, en el Picón de Felipe

Los Arribes son ricas en vegetación, algo muy apreciado por el ganado caprino. El pastor pasa pues muchas horas en el campo para que las cabras se alimenten y ha construido corrales en los que proteger el ganado durante el día y si fuera preciso también durante la noche.

«La gente no sabe que para tener ganado hay que disponer de conocimiento como si tuvieras una carrera»

«con ver caminar una cabra reconozco si está mala»

Va dando nombre a cada una de las parcelas que tiene enfrente, todas tienen su dueño . Aunque para el forastero toda la ladera es una misma unidad, pero el cabrero distingue todos los mojones. La vida de estos pastores rayaba la miseria. Eran otros tiempos.... todo valía.

«Nuestros padres se dedicaban a entrar a los nidos», rememora el cabrero

«los chavales avisábamos a los mayores cuando observábamos que un águila real se acercabaa su nido con una presa, que podía ser una perdiz o un conejo»

Había que tener paciencia y esperar a que el animal lo depositara y se marchase.

«Entonces una persona ya adulta se ataba a una cuerda y descendía hasta el lecho, mientras otro sujetaba la maroma desde arriba. El que estaba colgado en el vacío, le robaban la caza a la rapaz»